Decorar con gotelé
Pese a que el gotelé cada vez se utiliza cada vez menos todavía sigue estando presente en viviendas, oficinas y diversas estancias, una de sus ventajas es que disimula las imperfecciones constructivas.
Esta técnica consiste en proyectar gotas de pintura espesa sobre una pared con el fin de obtener un acabado irregular o grumoso. Para su aplicación se pueden utilizar pistolas de proyección por aire comprimido, tirolesas o rodillos especiales.
El gotelé más común se obtiene con pintura al temple o bien con pastas densificantes, de la consistencia de la pintura dependerá el relieve que vaya a quedar.
Una de las formas de obtener el gotelé es con una pistola de aire comprimido, primero hay que dar una mano de pintura lisa para que sirva como soporte. Este tipo de pistolas disponen de un compresor que absorbe aire, lo comprime y lo pasa a la pistola.
Para una correcta aplicación es recomendable colocarse a unos 30 centímetros de la pared y sujetar el dispensador en posición vertical.
Otra forma de aplicarlo es con tirolesa que es una caja de chapa abierta por un lado y que dispone de unos rodillos dentados, cuando se accionan estos rodillos proyectan la pintura o pasta de enlucir contra la superficie.
Esta máquina tiene una palanca que permite seleccionar el tamaño del grano de la pintura y para obtener la pasta de enlucir se llena de agua un cubo y se espolvorea sobre la misma pasta de forma uniforme, cuando la masa ya está homogénea y sin grumos se introduce en la tirolesa y se sujeta la máquina con firmeza para apuntar hacia la pared y proyectar la pintura.
Lo mejor es aplicar dos o tres capas finas y una vez esté seca la primera mano se darán otras dos con la máquina en una posición inclinada a 45 grados respecto a la pared.